La antigua época de las palabras 2
Miguel Hernández Zambrano, Venezuela-Chile
16 de agosto 2021
Una de las últimas imágenes que logré recibir en un aparato obsoleto
(2015, lo que sea que eso signifique)
mostraba la figura de un bebé gigante disparando rayos desde los ojos
rayos de odio y decepción porque no entendimos lo que había que hacer
cargamos con toda la estupidez directamente a las playas de un terreno signado
/con letreros que hablaban de una costa oeste
(ahora todos hemos olvidado leer, de modo que no podríamos culpar a nadie
/por no hacerlo)
saltábamos como anfibios y cetáceos enormes para estrellarnos contra pozos
/llenos de algas y hojas muertas décadas atrás
porque somos invertebrados, insectos torpes
a la voluntad del hervor de la sangre y de escupitajos que apuntan a unos
/cuantos deseos demasiado básicos
no ya el sexo, sino los espejos más relucientes
no ya las lágrimas en tu boca, sino cinco monedas oxidadas
no ya los espasmos de tu vientre, sino los filtros de la cara estropeada que
/heredamos según las leyes de los cuerpos
y todo para qué
para la foto del día, para la memoria de las próximas máquinas
después de todo, nosotros olvidaremos
por suerte olvidaremos
y borraremos nuestros nombres
—finalmente impronunciables—
de todos los libros
y de todos los campos yermos que hemos visitado hasta hoy
Este poema pertenece al libro inédito “La antigua época de las palabras”, en el que el lenguaje es el propio límite, algo que traza un antes y un después. Puedes ver el poema anterior aquí.